Más Allá del Plato: Guía de Nutrición para el Viajero Frecuente

¿Cansado de estar hinchado o sin energía después de un viaje de negocios? Aprende a cuidarte sin dejar de probar la comida local.

Los viajes de trabajo son emocionantes, ¡pero también ponen a prueba nuestra disciplina nutricional! Los horarios impredecibles, las comidas de avión, la falta de opciones saludables en los aeropuertos y los buffets de hotel pueden descarrilar tus metas de bienestar. Pero no tienes por qué sacrificar tu salud por la comodidad del viaje. Con planificación y algunos trucos podrás nutrir tu cuerpo y disfrutar de cada destino.

Consejos Estratégicos para el Aeropuerto y el Avión

El viaje empieza antes de llegar. El tiempo de tránsito y de vuelo puede ser muy útil.

¡Haz tus propios bocadillos! Evita los precios del aeropuerto y las opciones poco saludables llevando tus propios bocadillos. Las mejores opciones son frutos secos (almendras, nueces), fruta fresca (manzanas, plátanos), barritas de proteína bajas en azúcar o un sándwich casero en pan integral.

La hidratación es fundamental: El aire seco de la cabina deshidrata. Lleva una botella de agua reutilizable que puedas rellenar una vez que hayas pasado la seguridad. Evita el alcohol y las bebidas azucaradas o cafeinadas; deshidratan y alteran el sueño.

Elige bien en el aeropuerto: Si tienes hambre, opta por ensaladas con proteínas magras (pollo a la parrilla), wraps de vegetales o yogur griego sin azúcar.

Estrategias en el Hotel y en el Destino

Cuando llegas, la lucha por una buena nutrición continúa, pero las posibilidades de comer bien se abren.

Solicita una habitación con nevera o cocina: Si es posible, cuando reserves tu hotel, elige una habitación con mini-nevera. ¡Esto te permite almacenar bocadillos saludables, yogures, frutas o incluso comprar ingredientes en un supermercado cercano para preparar un desayuno nutritivo!

Aprovecha el desayuno del hotel: Muchos hoteles tienen buffet. Opta por huevos revueltos, avena, yogur natural, fruta fresca y tostadas integrales. Evita los alimentos procesados y los dulces azucarados.

¡Mira los restaurantes de antemano! Antes de partir, consulta aplicaciones o busca en la web restaurantes saludables en las proximidades de tu hotel. Elige preparaciones a la plancha, al horno o al vapor y pide las salsas aparte para controlar los ingredientes.

Saborea la Autenticidad Local.

Comer saludable no implica renunciar a la cocina local. La clave es el equilibrio.

Prueba, pero con moderación: Si te apetece una comida tradicional rica en calorías, compensa con una más ligera en otro momento del día. Por ejemplo, si el almuerzo ha sido una comida copiosa de trabajo, opta por una cena ligera a base de ensalada o pescado a la plancha.

Prueba los sabores locales saludables: La mayoría de las culturas cuentan con platos nutritivos y sabrosos. Elige platos con vegetales, proteínas magras y granos integrales. Pregunta a los lugareños qué cosas ricas preparan con ingredientes frescos.

En conclusión, la influencia de la tecnología en la educación es innegable; la tecnología está transformando la manera en que aprendemos y enseñamos.

Y es que viajar no es sinónimo de descuidar la salud. Si planificas con anticipación, tomas decisiones conscientes y combinas la nutrición con el placer de explorar nuevas culturas, puedes mantener tu energía y sentirte genial sin importar la frecuencia con la que viajes.¿Estás saturado de planificar comidas o necesitas un plan de alimentación adaptado a tu estilo de vida viajero? Programa una consulta gratuita conmigo y diseñaremos un plan para ayudarte a lograr tus objetivos de bienestar.

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